martes, 20 de julio de 2010

Café a medianoche

Otra vez, desvelado ante el ordenador.
Una taza de café, unos pocos monólogos sobre lo mal que va el mundo ocupando la mitad de mi pantalla de ordenador, y la ventana abierta, por si me da por decirle al mundo que se joda un poco.
La verdad, la vida puede ser maravillosa... Pero cuando algo puede ser de una manera, el destino te dice que te de un poco, y te deja a tirado que un chicle bajo la mesa de un instituto.
Supongo que será cosa del destino. Si algo te jode, no le pones buena cara. Intentas joder a los demás para no sentirte tan mal contigo mismo. Por eso el mundo está lleno de gente amargada, porque la mitad del mundo está amargado, y quiere amargar al otro medio... Es como esos peluches de las jugueterías: Siempre sonrientes, deseosos de darte cariños, muy adorables para todos... Pero siempre hay algún hijoputa que se te acerca, te abre en canal, te rellena con droga y te intenta pasar por alguna frontera. Lo cual demuestra que muchas veces ser amable no funciona, y que siempre hay alguien tratando de joderte. Y eso te quita las ganas de sonreír como cualquiera de esos adorables peluches de mierda.
En fin... Que siempre hay algún gilipollas suelto por ahí, y hasta que no nos venga la muerte, o nos hartemos de todo y nos pillemos un coma etílico, no va a parar... Y esa es la triste realidad.

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