El caos es que es primavera, las flores se muestran en todo su esplendor, los pajarillos empiezan a cantar, y unas arcadas indescriptibles me suben por la garganta mientras me cruzo con las típicas parejillas de mierda estos días que no saben vivir el uno sin el otro, pero que eventualmente cortarán, se tirarán de todo el uno al otro, desearán no verse, y destrozarán todo lo bueno que encuentren entre ellos... Es el amor de la primavera, que hace que los cerebros se reblandezcan, y parezca que todo el mundo tiene una erección fláccida: Demasiado cariñosos como para no querer a nadie, pero demasiado pegajosos como para tirarse a alguien en condiciones. A veces pienso que incluso el hermafroditismo sería un acierto de la naturaleza, aunque eso conllevara la pérdida de probablemente la única cosa que merezca la pena en la humanidad.
Ya sabéis... Sed buenos, cautos, responsables... Y no hagáis que os detengan más de lo debido. Buenas tardes.